El desgaste dental es la pérdida gradual del esmalte dental, que es la capa externa que protege nuestros dientes. De hecho, es la superficie más dura y resistente de nuestro cuerpo. Está formada por hidroxiapatita y tiene un espesor de 2 o 3 mm.
La pérdida de esmalte dental puede ser por diferentes razones: maloclusión, enfermedades como la bulimia o la anorexia, bruxismo, cepillado de dientes con excesiva fuerza, consumo de alimentos y bebidas ácidas, malos hábitos, etc.
La consecuencia de perder esmalte dental es mayor propensión a caries, sensibilidad dental y cambios estéticos. Esta afección es irreversible, ya que el esmalte no es un tejido vivo que se renueve. Sin embargo, hay soluciones para frenar el daño y restaurar la salud bucodental.